El enrojecimiento del blanco de los ojos (la esclera) es el aviso de que algo les está provocando una irritación. Si tienes los ojos rojos, lo primero que debes hacer es intentar identificar la causa. Las más frecuentes son:
El humo, el polvo, los vapores de gasolina o de disolventes… tienen una gran capacidad irritante para los ojos. La sequedad producida por la calefacción o el aire acondicionado también contribuye a deshidratar los ojos y en consecuencia aumentar su sensibilidad. Y no olvidemos que la contaminación del aire de las ciudades y de las zonas industriales contribuye a empeorar las molestias…
Asimismo, hay personas alérgicas sensibles al polen, al pelo de las mascotas… normalmente, las irritaciones de origen alérgico se distinguen porque producen picor.
El agua salada del mar y el agua clorada de las piscinas suelen irritar los ojos de los nadadores, especialmente si abren los ojos debajo del agua.
Otras causas habituales son las muchas horas de ordenador o las pocas horas de sueño. Y, por supuesto, el uso inadecuado de las lentillas (¡hay que quitárselas siempre para dormir!).
Algunos consejos
El consejo fundamental es evitar en lo posible las causas de la irritación:
· No permanecer demasiado tiempo en ambientes cargados
· Utilizar humidificadores en caso de excesiva sequedad del aire de casa o de la oficina
· No abrir los ojos bajo el agua
· No fijar la vista durante horas en la pantalla del ordenador (un detalle: no trabajes a oscuras ante el ordenador, ya que entonces concentrarás excesivamente la vista)
· Si usas lentillas, acuérdate de que tus ojos también necesitan un descanso
· Para un alivio rápido de las molestias que provoca la irritación ocular, puedes utilizar un descongestionante oftálmico
¿Vamos al médico?
Si las molestias (picor, escozor) son muy intensas, o bien si sientes dolor o notas alguna alteración de visión, es conveniente acudir al oftalmólogo, ya que en este caso la rojez de los ojos podría ser no una simple irritación pasajera, sino el síntoma de una conjuntivitis vírica, bacteriana o de cualquier otro origen.