Orzuelos y blefaritis tienen en común que son inflamaciones de los párpados provocadas por un agente infeccioso (la bacteria Staphylococcus aureus es el más habitual, aunque no el único).

¿Tengo un orzuelo?

Los orzuelos se notan enseguida ya que sin esperarlo, aparece una especie de grano en el párpado, acompañado de molestias como picor, escozor, dolor, lagrimeo, sensibilidad a la luz, etc. Lo primero que se aconseja es aplicar calor húmedo con una gasa y agua tibia 2 ó 3 veces al día, masajeando suavemente la zona afectada.

Si no se observa ninguna mejora, lo mejor es consultar al médico.

¿Tengo blefaritis?

“Blefaritis” significa literalmente “inflamación de los párpados”. Se calcula que 1 de cada 3 personas la padecen, especialmente a partir de los 50 años. Pero como por lo general es poco visible, suele pasar desapercibida. Muchas personas notan picor o escozor en los ojos, pero se los frotan y no le dan importancia, con el riesgo de que las molestias se hagan cada vez frecuentes, y lleguen a estar acompañadas de lagrimeo, irritación o pérdida de pestañas.

Antes de llegar a esta situación, una visita al médico se hace más que recomendable.

El tratamiento médico

A la vista del tipo de blefaritis o de orzuelo que tengamos, el médico decidirá qué clase de medicamentos (antibióticos orales, pomadas con antibióticos y corticoides, etc.) nos administra. En cualquier caso, el complemento indispensable será siempre una adecuada higiene ocular.

La higiene ocular

Tanto las personas con blefaritis como las que han tenido un orzuelo, deben extremar su higiene ocular diaria, ya que sus párpados son especialmente sensibles a las reinfecciones.

El uso cotidiano de baños oculares, toallitas oftálmicas y otras soluciones, son hábitos aconsejados por los profesionales de la salud.

También es importante no tocarse los ojos si no es con las manos limpias, no compartir cosméticos con nadie y asegurarse de tener las lentillas siempre limpias.